“...Es una tierra sin limites, llena de verdes prados, riachuelos, cascadas, lagos, ríos, animales, aves, flores, vegetales y muchos tipos de diferentes árboles, todo crece a libre albedrío conciente de la naturaleza.
El cielo está degradado en dos, una parte esta siempre de día y otra siempre de noche. La parte de día es agradable, es clara como una mañana de verano y con la calidez de una tarde de primavera, siempre hay sol, aunque el cielo nunca es despegado, siempre hay nubes que dan pequeñas sombras en el suelo, es un espectáculo maravilloso, y aunque no llueve, siempre mirando hacia el sur se encuentra un arco iris. En tanto la noche, es un panorama fantástico, siempre hay luna llena que alumbra la oscuridad incluidas aquella lluvia de estrellas fugases que se pueden observar a un lado del horizonte, al otro lado estrellas estáticas que toman forma de acuerdo a lo que alguien piense ver en el momento que su mirada vaya para ese lado
Allá el tiempo no pasa como acá, un año de allí es 30 minutos de acá, por eso dicen que es una tierra eterna, donde todo dura para siempre.
Las ideas fluyen continuamente, por ejemplo, si yo estuviera pensando en notas musicales, tendría que tomar el dedo índice, besarlo, luego el dedo tiene que tocar suavemente un poco de agua y de la nada aparecerán notas musicales, rodeándote por unos pocos segundos, así luego se irán a perder entre el suave viento.
A esta tierra se llega a través de los sueños, pero claro, no cualquier sueño, y eso es lo lindo de adivinar cual será el sueño que te lleve allí. No se puede llegar solo, se llega con otra persona, y lo mágico de todo esto, es que puedes ir cuantas veces quieras pero con la misma persona; dice un leyenda –Aquellos vivientes que pisen juntos este lugar, jamás se volverán a separar, por que algo especial en ellos se creará, una especie de vínculo difícil de quebrar…”
Y esto es Marruecos, aquella tierra cerca de Kashmir, aquel lugar de ideas.
(En todo caso la foto es del bosque de Lothlorien)
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